sábado, 22 de noviembre de 2008




La televisión como medio educativo.

La televisión no es sólo un buen medio de entretenimiento sino que sirve de maestro, porque les permite a los niños conocer diversas culturas y les transmite informaciones de sumo interés. Una muestra de ello es el legado de conocimientos con que los pequeños ingresan ahora a la escuela, a diferencia de otras épocas.

La televisión también posee innegables virtudes, como la posibilidad de mostrarle al niño ideas y culturas ajenas a su entorno familiar y social. Al mismo tiempo, es capaz de inculcar hábitos positivos de modo rápido y eficaz. Los programas con estas características son los más convenientes para nuestros hijos, aunque debemos aplicar algunas medidas para cuidar lo que el aparato receptor les transmite. Lo fundamental es fomentar en los chicos una actitud crítica frente a lo visto y oído; importa discutir con ellos acerca del contenido televisivo y enseñarles a no creer todo lo expuesto por la pantalla.

Por otro lado, es bueno limitar el tiempo de uso del televisor, pero sustituyéndolo con actividades divertidas como el deporte, los paseos, la lectura, etcétera. En última instancia, procuremos alejar a los infantes de los programas contrarios a los valores que deseemos inculcar en la familia.
A continuación se enumeran algunas sugerencias que podrían resultar útiles al establecer buenos hábitos para ver televisión:

Elija los programas que su hijo va a ver. Siempre planee lo que va a ver su hijo y no encienda el televisor al azar. Ofrézcale elegir entre dos programas que usted considere apropiados para él.

Limite el tiempo que pasan viendo televisión a 1 ó 2 horas diarias para niños mayores de 2 años. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los niños menores de 2 años no vean televisión.

Elija los programas educativos de PBS ( Public Broadcasting Station), o canales como por ejemplo, el Discovery Channel, el Learning Channel o el History Channel.

Vea televisión con su hijo y hable acerca de lo que sucede en el programa. Converse acerca de lo que fue bueno o malo y hable de la diferencia entre la realidad y la ficción.

Apague el televisor si usted considera que el programa no es adecuado para su hijo.

No asuma que todos los dibujos animados son aceptables y apropiados, ya que muchos contienen violencia.

Muchos programas diurnos (como por ejemplo, las telenovelas y los programas de debate) no son apropiados para los niños.

Sea un buen ejemplo para su hijo y no vea usted tampoco demasiada televisión. Involúcrese en otras actividades, especialmente la lectura, y lea con su hijo.

Anime a su hijo a jugar y a hacer ejercicio. Planee actividades divertidas con él para que cuente con otras opciones en vez de ver televisión.

Limite el uso de la televisión como recompensa por buena conducta. Intente, en cambio, dar un paseo en el parque, ir a un festival, a un área de juegos o visitar a un pariente o amigo.

Si el desempeño escolar de su hijo no es bueno, el tiempo permitido para ver televisión debe disminuirse a media hora al día.
No permita que su hijo vea televisión durante las horas de las comidas.

Plaza Sesamo es el ejemplo de un buen programa para lso niños.



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